2) Te irritas con facilidad o estás más sensible
Lágrimas que brotan sin motivo, reacciones intensas ante cosas pequeñas, hipersensibilidad… Todo esto puede indicar que estás funcionando con el “vaso emocional” lleno. No es que seas exagerado(a). Es que llevas mucho tiempo conteniéndote.
Tu cuerpo y tu sistema nervioso pueden estar saturados. Una pausa, un espacio terapéutico o un momento contigo pueden marcar una gran diferencia.
3) Tu digestión se altera sin causa aparente
Si todo te hincha, te cae mal o sientes el estómago como un nudo, puede que no sea solo un tema alimentario. El sistema digestivo es muy sensible al estrés emocional. Lo que no se digiere a nivel interno (emociones, tensiones, preocupaciones), muchas veces se expresa en esta zona.
En sesiones de biomagnetismo, esto se refleja con frecuencia. Cuando equilibramos ciertos puntos, las molestias digestivas también comienzan a aliviarse.
Escuchar el cuerpo es un acto de amor
Estas señales no son errores. Son llamadas de atención. Son formas en que tu cuerpo te dice: “Necesito que me mires, que me cuides, que bajes el ritmo por un momento.”
En Imanes Que Sanan trabajamos desde un enfoque integrador, respetuoso y humano. Porque sanar no es solo eliminar molestias, sino también aprender a habitarnos con más consciencia y cariño.