Cuando el cuerpo pide ayuda: la historia de Fernanda y su proceso de recuperación

A veces el cuerpo habla con más fuerza que las palabras. Y cuando lo hace, no siempre encontramos una respuesta inmediata en exámenes o tratamientos convencionales.

Así llegó Fernanda a consulta: cansada, incómoda, y con una sensación de estar atrapada en un ciclo sin salida.
Su malestar había comenzado con una infección urinaria. Al principio, pensó que sería pasajera. Pero los días pasaron, los antibióticos se acumularon y, pese al esfuerzo médico, el problema no cedía. La infección iba y venía, como si algo dentro de ella no terminara de sanar.
Fue su ginecóloga quien le sugirió considerar una alternativa complementaria: el biomagnetismo. Con escepticismo, pero también con esperanza, Fernanda decidió probar.
 
Vino a mi consulta en una de esas semanas difíciles. Le propuse un tratamiento de cuatro sesiones, una por semana, para ayudar a equilibrar su cuerpo y acompañar el proceso de recuperación desde un lugar distinto: el campo energético.
Cada encuentro fue un espacio de escucha profunda. Su cuerpo fue mostrando zonas de desequilibrio, tensiones invisibles, emociones retenidas. No se trataba solo de una infección, sino de un cuerpo que pedía atención, descanso y cuidado.
Testimonio
Al terminar el ciclo de sesiones, Fernanda notó un cambio. No solo remitieron los síntomas físicos. También se sintió más liviana, más conectada consigo misma. El ciclo se había cerrado.
Este testimonio nos recuerda que, muchas veces, sanar no es solo eliminar un síntoma. Es crear el espacio para que el cuerpo y el alma se reencuentren en equilibrio.

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