Respiración consciente: una herramienta simple para recuperar la calma.

Vivimos en un mundo acelerado. Nos exigimos cumplir con todo, ser eficientes, mantener el control, pero… ¿cuántas veces al día nos detenemos a respirar conscientemente.

La respiración es una función automática, sí. Pero también es una herramienta poderosa para regular nuestras emociones, calmar el sistema nervioso y reconectar con nosotros mismos cuando sentimos que todo nos sobrepasa.
En consulta, suelo comenzar muchas sesiones guiando una respiración consciente. Es un recurso que tenemos disponible en cualquier momento y que, cuando lo usamos con intención, puede cambiar por completo nuestro estado interno.
También te podrían interesar estos otros artículos:

¿Qué es la respiración consciente?

Es simplemente poner atención plena a cómo entra y sale el aire de tu cuerpo. No se trata de forzar, ni de controlar. Se trata de observar, suavizar y acompañar el flujo natural de la vida que habita en ti.
Cuando respiramos conscientemente:
  • Disminuye la actividad del sistema nervioso simpático (el que se activa ante el estrés o el peligro).
  • Se activa el sistema parasimpático, promoviendo descanso, digestión y calma.
  • Bajamos el ritmo mental, soltamos tensión muscular y volvemos al presente.

Un ejercicio sencillo para comenzar

Te invito a probar este pequeño ritual de pausa:
  1. Siéntate o recuéstate en un lugar cómodo.
  2. Cierra los ojos si lo deseas.
  3. Inhala suavemente por la nariz contando hasta 4.
  4. Sostén el aire en tus pulmones, contando hasta 2.
  5. Exhala lentamente por la boca contando hasta 6.
  6. Repite este ciclo durante 2 a 5 minutos.
Siente cómo con cada exhalación, tu cuerpo se suelta un poco más. Como si cada respiración te dijera: “Estoy aquí, puedes descansar”.
 

Cuando respirar también es sanar

En las terapias que realizo —biomagnetismo, Barras de Access o mentoring emocional— la respiración es una gran aliada. Nos ayuda a preparar el cuerpo para recibir, a liberar emociones retenidas y a generar coherencia entre el corazón y el cerebro.
No necesitas estar “mal” para practicarla. La respiración consciente es una forma de autocuidado diario. Un acto de amor hacia ti.
 

¿Este tema te toca de alguna manera? Reserva tu sesión y da el primer paso hacia tu bienestar.